Reiko es Feeling. Carece de inteligencia emocional, en los momentos más críticos no es capaz de ser racional, por lo que se deja dominar por completo por la fuerza de sus emociones. Para mal.

Cuando la ira y el miedo se apoderan de la camarógrafa, esta se vuelve una persona violenta, turbulenta, incontrolable. Su motor será, sobre todo, el resentimiento que guarda en su interior por todas las cosas que ha vivido hasta ahora. 

En este estado Reiko no es consciente de lo que hace. No, no es ningún trastorno de personalidad, es sencillamente que su mente se satura por completo, su consciente se apaga y actúa su inconsciente; sus instintos de supervivencia y resentimiento son lo que la mueven y la hacen actuar, siendo capaz de atacar incluso a sus seres queridos. La adrenalina hace que sus habilidades físicas se multipliquen, volviéndola aún más rápida, fuerte y brusca que de costumbre. Y si ya Reiko tiene una capacidad física superior a que un cuerpecito de su tamaño puede tener. . .

Tras pasar todo esto, ella experimenta una especie de blackout, en el que no recuerda muy bien lo que sucedió. Es decir, recuerda momentos sueltos, pero a grandes rasgos no es capaz de volver a construir lo sucedido en su mente, mucho menos contarlo.